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sábado, 17 de septiembre de 2011

El silencio

En tus faldas escarpadas
Yo sentí hablar el silencio
Contaba cosas del alma
Que creo que llevo adentro

Montaña de suave brisa
De aire puro
Y tiempo lento
Yo quisiera ser cantor
para decir lo que siento

Montaña que he caminado
siempre a lomo
de mis sueños.
Aquí también me cantaban
mis pajaritos sin dueño

Aquí también esos trinos
amos, señores del cielo
adornaron mis momentos
y por eso los recuerdo

Montaña, solo faltaba
cuando mis ojos te vieron
el brillo de su mirada
que yo siempre llevo adentro.

Porque ella quedo esperando,
allá,  en el fondo del tiempo.

Aldo Luis Díaz

Guitarra

Entretejen el diapasón
tus cuerdas
Ora tañen alegres
Ora, tristonas
Acompasando la prima
y la tercera
el llanto gutural
de la bordona.
¿En que mundo de sones has nacido?
¿Quien fue el luthier
que imaginó tu forma?
Para hacerte mujer
Por lo armoniosa
delicada y sutil,
Por lo llorona.
Guitarra compañera, suena y suena
Que en tu donoso son
Que aleja penas
Se enciende la pasión
Que me condena.

Aldo Luis Díaz

sábado, 3 de septiembre de 2011

A Candela, la niña mártir


Candela
¿Llama apagada por la molicie?
¿Llama apagada por la indolencia?
¿Llama apagada por la avaricia?
¿Llama apagada por nuestra indiferencia?
Candela,
Solo,
Llama apagada
Te vi portando la enseña de la patria
Nuestra bandera
El orgullo se advertía en tu rostro
Iluminaba como una Candela
Nuestro camino a seguir
Tu bella y beatifica sonrisa
Proclamaba a los cuatro vientos
Tu presente
Abanderada del colegio a los once años
La mejor
Los que teníamos el deber de cuidarte
Te abandonamos
Y volaste al cielo
Solita, en tus blancas
alas  de ángel.

Los que teníamos la obligación
De preservarte para los tiempos
Te dejamos sola
Sin abrigo
En la fría noche de la indiferencia
Cuando despertamos del letargo
Comenzamos a movernos
Cos espasmódicos aleteos
De pájaros estériles, vacíos y huecos
No supimos leer el mensaje de la actualidad
Ese mensaje que escribimos con nuestras omisiones
Con nuestra falta de reclamos
Con nuestra manera de apoyar
La impericia gobernante
Con nuestro voto.
Yo, suplico tu perdón
Soy responsable de tu muerte
Junto a otros cuarenta millones de argentinos
Todos somos responsables
Pero yo, me inclino ante ti
Para suplicarte que nos perdones
Por haberte dejado sola
Brutalmente sola
En la triste y fría noche
De la indiferencia
Perdónanos, angelito blanco
Pues nuestra tardía reacción
Estéril y hueca
Fue una omisión criminal.

Una vil mentira
Porque la omisión
Es una vil mentira
Perdona a esta sociedad
Que no supo cuidarte
Abanderada de tu escuela.
Mártir y ejemplo.

Aldo Luis Díaz

Elegía lunfa


Me pidió una piantada
aquella noche
que le haga un verso
con búhos y elefantes.
Y, no encuentro palabras
en mi idioma,
porteño idioma,
lunfardesco y rante
que puedan rimar
con unos búhos,
y, menos aún
con elefantes.

Mi marote  laburó
debute
y ruego al Señor
de las alturas,
que nunca mas,
me empuje
aquella mina
a bucear en mi
escasísima cultura
pues, pierdo así
mi fama de atorrante.
¿Tendré que estudiar sobre esas bestias?
¿Justo  a un burrero?
¡Con búhos y elefantes¡

¡¡Son símbolos totémicos!!
Dijo ella.
Uno denota fuerza y resistencia
el otro
con su mirar punzante
¡¡Es personero de la inteligencia!!

Y yo, cansado del chamuyo digo:
que al querer satisfacer
esos caprichos
busqué las rimas
con que la señora
quiere homenajear
aquellos bichos.

Y derrotado
mi viola, ya sin cuerdas
sin poder enhebrar
un canto bello
y antes de que mi razón se pierda
embolado piro pal estaño
y tiro mis cuadernos,
a la mierda.


Aldo Luis Díaz

El sauce


El río corre violento
Por sinuoso y hondo cauce
Y en su florida ribera
Llora su nostalgia un sauce.

No llores mas, viejo amigo
Dice un ruiseñor al verle
No llores porque esas aguas
Vienen, pasan y no vuelven

El árbol  oyó a su amigo
De trinar tan elocuente
Y tomando los nutrientes
Que  su raíz atesora
Cambio el verdor de sus  hojas
Y a la luz de las auroras
Se hizo cómplice del viento
                        Con sus rachas silbadoras
Y dio cobijo a mil aves
En su ramas protectoras
Se solazó con sus trinos
Por eso el sauce…
hoy,
no llora.

Aldo Luis Díaz

Dos almas

¡Tu sabes caminar por los senderos
Que te marca la vida, sin descanso!

y puedes expresar con frases cortas
poemas que me arrancan llanto.

Si puedes comenzar la vida nueva
con los tristes rescoldos del pasado

y puedes construir un mundo nuestro
después de habernos encontrado

¿Qué impedirá que sume yo mis sueños?
Si Dios esta de nuestro lado.

Aldo Luis Díaz

De un padre a su hijo

 Has tomado un camino.
Si al  mirar a sus lados
No percibes
Aquel bello paisaje
tan soñado
no te des por vencido.
Sigue, sigue

Si cruzas un desierto interminable
Y ves jardines florecidos a sus lados,
Viajas con el corazón colmado
De los sueños  que a él,
te han empujado

Hijo, si comienzas a andar
Y recorres los primeros metros del camino
Giras tu cabeza y me saludas
Con la mano y el alma levantadas
Y te largas a andar
Bien convencido
Es.
 Que escogiste tu mejor momento
Y vas, por tu destino

Sales a hacer camino.
Bien armado.
Porque llevas en tu bolso de mano
aquellas enseñanzas que heredaste
De los que siempre
Te han amado

Recuerda que no es fortuna
Lo que debes hallar al realizarte
Sino tu hombría de bien.
Que como sabes.
Debes hacer flamear
Como estandarte

Si al recorrer el rumbo que el destino
Hijo, te pone enfrente
Mira solo hacia atrás,
si has olvidado
aquellas enseñanzas de tu gente

Ya sales a vivir,
como saliera un día de mi casa
dejando atrás las caricias varoniles
De tu abuelo
 En forma de palmadas.
Y las amonestaciones de tu abuela,
tratando de evitar,
que parta

Abro mis brazos y te lanzo al mundo
te empujo suavemente de mi rama.
Como el pájaro libre de los montes,
Que así enseña a volar
a los que  ama.

Aldo Luis Díaz

Amor de otoño

Ya se caen las hojas.
Se nos va la vida.
Vivamos el resto,
bebiendo el momento
como si este fuera,
la dulce bebida
de esos bellos años
que fueron eternos,
cuando yo era joven.
Cuando me movía,
antes que los tiempos
venciendo los días.
Cuando yo soñaba
con fundar imperios,
con tener poderes,
que hoy siento que tengo
Al tenerte cerca.
Dueña de mi calma.
Vida de mi vida.

Aldo Luis Díaz

sábado, 25 de junio de 2011

Siempre

A cada instante de tu vida
ponle un moño con el color de la ilusión.
Empácale como a una ofrenda
con el bello papel de los ensueños,
pues, a esos momentos
los perfumaste con la esencia esplendorosa
de tu ser.

A cada homenaje que te brindes
agrégale risas, que suenen,
como el canto sublime,
del llanto de un niño que llega a la vida.

En cada suspiro que un amor te arranque
pon de tu ternura, las más bellas frases
para que entienda que le perteneces
que a él, te entregaste.

Y siempre, muchacha,
avanza blandiendo la filosa espada de tu desenfado.
Derriba los muros de la indiferencia
con la aguda lanza de tu amor alado.

Realiza tus sueños,  recorre los campos
y busca en las flores, la gloria inmanente
que Dios les ha dado
llevando contigo, por siempre, muchacha,
música de fiesta, por haber amado.

Aldo Luis Díaz

¡Hola!

Hola mi amor.
Te llamo porque extraño,
la piel suave de tu cuerpo.
La inflexión de tu voz,
y tu sonrisa.
La intensidad de tu mirada.
Tu genio vivo.
Tu abrazo mimoso,
y esa curiosa forma de quererme.
Te llamo porque siento,
envuelto en llamas de ausencia
este momento
Y tengo sed de ti,
mi amor, mi sueño.

Aldo Luis Díaz

Estrella

I
En la luz brillante
de tu mirada
se quedo mi esperanza
despedazada
II
Quise ser en tu historia
único faro
no pude darte abrigo
y te has marchado
III
Nunca olvido esa tarde
de primavera
en que bese tu boca
por vez primera
IV
He intentado borrarte
de mis recuerdos
pero por siempre, Vida
te llevo dentro
V
Se han secado en mis ojos
aquellas gotas
de llanto que vertiera
estando a solas
VI
Si no estas en el mundo
¿para que vivo?
Si mis planes y sueños
Están contigo
VII
Solo me queda ahora
Cultivar flores
Pues tu mirada vive
En sus colores
VIII
Te marchaste una noche
Con las estrellas
Tu luz alumbra el cielo
Sos la mas bella.
IX
Te has quedado en mi vida
¿Como olvidarte?
Si tu eras la belleza
de todas partes.


Aldo Luis Díaz

domingo, 5 de junio de 2011

La muerte del bosque

Se escucha allá en el monte
El tac-tac de las hachas
Se escucha el “crash” del árbol
Que cae por tanta saña
Y se escucha el silencio
Que es el “Ayy” de las plantas
Se perciben de lejos
Pájaros en bandadas
Que han perdido sus nidos
Al morir esas plantas
Y lloran sus pichones
Que las ramas aplastan
Entre nidos trizados
Por el furor del hacha
Y también se oyen largos
Clamores y gemidos
Es el llanto del indio
Por su bosque perdido
Que el blanco en su avaricia
En suyo ha convertido
Pero, Guay de los hombres
Que al bosque le han quitado
El verdor y la música
De plantas y de pájaros
Pues, la tierra reclama
Al que así la degrada
Con saña vengadora
Por su faz, arrasada

Ya no se ve el galano
Andar de la corzuela
Pastando alegremente
Por las verdes veredas
Que natura por siglos
Talló en la bella selva

¡Que tristeza infinita!
Que ignominia y que pena
Ver que por nuestra culpa
Del Chaco, se hizo leña.

Aldo Luis Díaz