Se escucha allá en el monte
El tac-tac de las hachas
Se escucha el “crash” del árbol
Que cae por tanta saña
Y se escucha el silencio
Que es el “Ayy” de las plantas
Se perciben de lejos
Pájaros en bandadas
Que han perdido sus nidos
Al morir esas plantas
Y lloran sus pichones
Que las ramas aplastan
Entre nidos trizados
Por el furor del hacha
Y también se oyen largos
Clamores y gemidos
Es el llanto del indio
Por su bosque perdido
Que el blanco en su avaricia
En suyo ha convertido
Pero, Guay de los hombres
Que al bosque le han quitado
El verdor y la música
De plantas y de pájaros
Pues, la tierra reclama
Al que así la degrada
Con saña vengadora
Por su faz, arrasada
Ya no se ve el galano
Andar de la corzuela
Pastando alegremente
Por las verdes veredas
Que natura por siglos
Talló en la bella selva
¡Que tristeza infinita!
Que ignominia y que pena
Ver que por nuestra culpa
Del Chaco, se hizo leña.
Aldo Luis Díaz
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