A cada instante de tu vida
ponle un moño con el color de la ilusión.
Empácale como a una ofrenda
con el bello papel de los ensueños,
pues, a esos momentos
los perfumaste con la esencia esplendorosa
de tu ser.
A cada homenaje que te brindes
agrégale risas, que suenen,
como el canto sublime,
del llanto de un niño que llega a la vida.
En cada suspiro que un amor te arranque
pon de tu ternura, las más bellas frases
para que entienda que le perteneces
que a él, te entregaste.
Y siempre, muchacha,
avanza blandiendo la filosa espada de tu desenfado.
Derriba los muros de la indiferencia
con la aguda lanza de tu amor alado.
Realiza tus sueños, recorre los campos
y busca en las flores, la gloria inmanente
que Dios les ha dado
llevando contigo, por siempre, muchacha,
música de fiesta, por haber amado.
Aldo Luis Díaz