La integridad de la obra publicada en este Blog se encuentra registrada por Aldo Luis Díaz en el Registro Nacional del Derecho de Autor de la República Argentina y está prohibida su reproducción por cualquier medio.



sábado, 14 de mayo de 2011

Mariposa

De flor en flor
bebiendo su dulzura,
vagas,
haciendo desplegar
tus alas.
Como una estrella fugaz,
que cruza el cielo.
Mostrando tus colores
y tus galas.
De vuelo irregular,
leve rondar.
Danzando;
como una hoja,
que hace mover el viento.
Dueña del aire.
Entregada y sumisa
Liviana, etérea, bellísima y triunfante.
En tu efímero romance,
con la brisa.

Aldo Luis Díaz

Estampa criolla

I
El paisanito cansado
al regreso de la yerra
pensando en la vida perra
que vivir le había tocado
mirando para el costado
a su tata, de soslayo
taloneando su caballo
dormido por la rutina
largo como serpentina
su canto desconsolado

II
Arreando para el patrón
vacas que no han de ser mías
va transcurriendo mi vida
en medio de la ignorancia
voy cambiando mi niñez
por promesas de abundancia

III
Desde que tengo conciencia
hago el trabajo rural
cinchando como animal
para ganar unos reales
y siempre estamos iguales
de la pértiga al corral

IV
No reniego del trabajo
con que me he ganado el pan
ni tampoco de mi afán
por aprender las labores
pues yo canto mis dolores
asi las  penas se van

V
No crean que un canto gaucho
esconde resentimiento
he vivido esos momentos
bajo el amparo de  Dios
al abrigo de mis padres
sabiendo lo que es amor

VI
Solo mi canto pretende
despertar a las conciencias
de los que llevan las riendas
de la injusta sociedad
para que pueda aportar
a mis versos, experiencia

VII
Muchas veces se demora
El pago de mi jornal
Pero nunca dejo mal
Mis profundas convicciones
Y aunque sean demorones
ofrezco mi esfuerzo igual

VIII
Soy criollo y trabajador
de mi padre lo aprendí
y si mi canto es así
le pido al Señor del Cielo
que me amaine en mis desvelos
y calme mi frenesí.

IX
Yo no quiero incomodar
Ni provocar sofocones
Mis versos son los mojones
Con que jalono mis días
En el jardín de la vida
Aprendí a cuidar las  flores

X
El padre pensó, el mocito
tiene el pico de un zorzal
y su razón es cabal
para tanta rebeldía
ya se va a calmar un día
tal vez cuando crezca mas

XI
Y silbando a su compás
una  milonga surera
desmaneando la tranquera
sin desmontar de su flete
invitó al otro jinete
a correr una carrera.

XII
Los dos picaron a un tiempo
y veloces como rayos
sin maltratar los caballos
se van acercando al rancho
donde los espera el beso
del ser que los ama tanto.

XIII
Siempre es puesta la partida
Los fletes son muy parejos
Es más liviano el muchacho
Pero más canchero el viejo

XIV
Si vieran los forasteros
las estampas de mi tierra
de pialadas lazo y yerras
y de diversión paisana
del pueblo de Las Marianas
del partido de Navarro.

Aldo Luis Díaz

La luz mala

Después de dejar el pique
en la estancia “El Cimarrón”
el domador Pantaleón
un gran contador de cuentos
que sabe poner contentas
con narrativas pensadas
a la curtidas peonadas
que en el boliche el domingo
dejan sin ginebra al gringo
entre truco y guitarreada

Cuenta el hombre que una noche
mientras vadeaba el Salau
con un redomón pintau
más malo que un yarara
se le apareció de atrás
una mujer  muy hermosa
que con su voz melodiosa
le pondero el emprendau

Al gaucho lo sorprendió
la aparición fantasmal
y taloneo al animal
que tascó el bocau , furioso
dejándolo al domador
como maniau en un pial

Y se le acerco la dama
Tan hermosa como era
que ni un sol de primavera
brillaba como su luz
cuando el manotio la cruz
que lleva al cuello colgada
la aparición asustada
pego un grito y se marchó
dejándolo al domador
con la melena erizada.

Nunca he tenido reparos
para contar esta historia
que Dios lo tenga en la gloria
al dueño de esa alma en pena
que cumpliendo una condena
vaga en las noches oscuras
con distintas vestiduras
revelando su presencia
a los que en vida son presa
del peso de su conciencia.

Aldo Luis Díaz

sábado, 7 de mayo de 2011

Llanto de indio

"Entrevero". Florencio Molina Campos
Recorrí aquellas pampas
de medanos viajeros
donde aun suena el redoble
de los cascos de acero
del caballo del indio
gran señor
de este suelo
Sí,
recorrí aquellas pampas
buscando en el lucero
la luz que guíe mi alma
hacia aquellos senderos
donde peleó mi pueblo
donde tantos cayeron
para ofrendar mí llanto
y orar por lo que creo.
Allí escuche el silente
clamor de mis  mayores
reclamando templanza
basta ya de rencores.
Me ordenaban que amaine
mis bríos vengadores
y que llene mi pecho
de paces y de dones
y aquí estoy, tierra mía
con mis brazos abiertos
tendido, cara al cielo
llorando en el desierto.
Ya no me encuentro solo.
me acompañan mis muertos.

Aldo Luis Díaz

Luna de Avellaneda

Llegaste una tarde
sin que te llamara
Sigilosamente
llamaste a mi puerta
Y entraste en mi alma
como una miriada
de colores nuevos
Que desenfrenados
quebraron mi calma

Te soñé mil veces
mi luna embrujada
Radiante y serena
oh, brillante disco
de luces prestadas

Hasta que una tarde de octubre
dijiste
el viernes te espero
vení,
hasta mañana.

Tu voz melodiosa
sonó avergonzada
Mire tus rubores sin verlos, amada
Y me fui de un salto
cerca de tu casa.
Desandamos juntos
las vidas pasadas
Fuimos dos poetas
Desplegando alas
Cantando la historia
Con letras y galas
Fuimos dos estrellas
En la obra soñada
Y nos despedimos
Amada del alma
Con dolores nuevos
Y prestancia queda
Porque tu, mi luna de plata
quedabas
prendida del cielo
de tu Avellaneda.

Aldo Luis Díaz

La Luna y yo

Soy como el canto del viento
en los juncales,
de allá,
donde se muere el horizonte
soy como el alma inmortal
de aquel poeta
que por cantarle al hombre
nació hombre.

Soy como el ave
que vuela majestuosa.
Dueña de su sentir
y de la altura
soy
como un potro cerril
que no tolera
cadenas ni monturas.

Que solo la caricia
Lo apacigua.
Que come de la mano
Del que siente
Que tiene como norte
Los caminos
Que van desde el naciente
Hasta el poniente.

Yo,  soy  así,
callado
porque entiendo.
Que en el hablar de más
no hay ciencia alguna.
A veces, se me sueltan
las palabras
y canto mi embeleso
hacia esa luna
que con su pálida luz
me alumbra el alma
cuando refleja
su disco en la laguna

Yo, soy devoto
de su luz plateada
de eso
no hay duda alguna.

Aldo Luis Díaz

martes, 3 de mayo de 2011

Gabi


Hombre niño

de sueños austeros
de carácter bravo
de su vida, dueño

Hombre niño
de ternuras hecho
de destino abierto
como el ancho cielo

De claros conceptos
de pujante pecho
de amor decidido
de bondades, pleno

No quieres grandeza
ni buscas la gloria
pues sabes que siempre
detrás de los tiempos
hablará tu historia

Hombre niño
de sueños austeros
de carácter bravo
Te veo crecido
Y ¿sabes? ¡me veo!


A mi amado hijo gabriel germán díaz cutraro
Un hombre bueno


Aldo Luis Díaz